¿Quieres saber cuál es la verdadera razón por la cual tu pelo se ve (y se siente) tan bien después de ir a la peluquería?
Porque los profesionales entienden que la clave para un pelo feliz es un buen tratamiento de lavado. Existe, de hecho, un modo no adecuado de lavar el cabello y hacerlo mal implica que el pelo pase de poder estar brillante y sedoso a ser un verdadero caos.
Por suerte, nunca es tarde para empezar a hacer las cosas bien (o dejar de hacer las cosas mal). He aquí los errores más comunes a la hora de lavarse el pelo.
Lavarse el pelo con demasiada frecuencia
El secreto peor guardado de las mujeres con las mejores melenas es que se lavan el pelo con mucho menos frecuencia de lo que creerías.
Tres veces por semana es suficiente para casi todo tipo de tipos de pelo. El pelo produce más cantidad de aceite y grasa cuanto más se lava.
Agua demasiado caliente
Por muy relajante que pueda ser una ducha caliente, exponer tu melena a altas temperaturas puede ser perjudicial para ella, haciéndola parecer seca y sin vida.
Aunque no se sepa de ninguna temperatura concreta con la cual se deba lavar el pelo, se ha demostrado que es preferible mantener la temperatura a menos grados, esto ayudará a obtener una textura más sedosa que beneficiará tu pelo a largo plazo.
Rascarse el cuero cabelludo
Dado que un pelo sano comienza desde su raíz, es necesario ser extremadamente delicado con esta zona. Utilizar las uñas o rascar con demasiada fuerza puede perjudicar su nacimiento.
Aunque pueda parecer que necesita ese extra esfuerzo porque se sienta sucio, ser delicado con él es fundamental. Si fuera necesario, repetir la operación varias veces aplicando más champú, pero siempre con delicadeza.
Tu champú no es el indicado
Como ocurre con la piel, consiste en identificar el tipo de pelo que tenemos e identificar que clase de champú es el más indicado para el mismo. Para saber si lo tienes seco o graso abre un raya en tu cuero cabelludo y observa su color. Si el color es rosado, está sano. Si tiene un color opaco o grisáceo, posiblemente tengas el cabello seco. Y si es un color amarillento, son indicios de tendencia grasa. En función del resultado, podrás elegir el champú más adecuado a tus necesidades.
No eres paciente con el acondicionador
La paciencia es una virtud, especialmente cuando se trata del acondicionador. A diferencia del champú, no se trata solo de un rápido masaje y aclarado.
Deberías empezar de medias a puntas y evitar las raíces. Mientras el acondiconador aún está aplicado, desenredar el pelo bien con los dedos o bien con un cepillo y dejar actuar durante unos minutos (al menos cuatro).
El post-lavado
Puede que ya no esté dentro del proceso de lavado dentro de la ducha, pero que hacer una vez ya esté lavado es crucial. Después de sutilmente secar el pelo con una toalla, es decir, quitar el agua dejando el pelo húmedo, deberías utilizar un protector para el cabello. Especialmente si después se va a utilizar secador, plancha o cualquier instrumento donde se aplique contacto directo con el pelo y esté caliente. Es importante también dejar secar el pelo totalmente antes de utilizar la plancha o tenacillas.