Los primeros pasos para lucir un pelo bonito, comienzan en la ducha. ¿Sabías que el cabello se lava unas 5.000 veces a lo largo de la vida, el doble si lo haces más de una vez por semana? Una cosa tan familiar y rutinaria como es la ducha diaria o el lavado del cabello, son claves a la hora de que éste se vea bonito y brillante. Por ejemplo, el tiempo que se dedica al lavado o la cantidad de champú que utilizas, son algunos de los factores que influyen directamente en cómo va a lucir después. Es muy común cometer errores frecuentes a la hora de lavarnos el cabello. Hoy te damos las claves para no tener que lamentarlo:

Elegir bien el champú

Uno de los errores más comunes es utilizar un champú que no es el adecuado para nuestro tipo de pelo. Igual que, si tienes la piel grasa, no utilizarías una crema para piel seca, ¿por qué no prestas atención a tu tipo de cabello a la hora de escoger tu champú? Es importante tener en cuenta tanto la fibra capilar como las condiciones de nuestro cuero cabelludo, ya que para que el champú sea 100% efectivo, debe adaptarse totalmente a ellas.

La cantidad adecuada

En el caso del champú no se aplica eso de «cuanto más, mejor». De hecho, influye mucho cuánto de largo lo tengas y sobre todo, un hay que tener en cuenta que un exceso del mismo puede dificultar el aclarado y dejar restos que luego den aspecto de suciedad. La cantidad adecuada es «de una avellana» para cabellos cortos y «una nuez» para cabellos largos.

La temperatura justa

Utilizar agua demasiado caliente puede dañar la fibra del cabello y debilitarlo. Lo ideal es que la temperatura del agua no supere los 39º y que, en el último aclarado, descienda a los 30º. El agua demasiado fría tampoco es buena. Si los cambios bruscos de temperatura afectan a tu piel, ¿por qué no iban a afectar a tu cabello?

La correcta aplicación

El champú no se aplica directamente sobre el cabello, sino que se tiene que aplicar primero en las manos y, con el cabello previamente humedecido sólo con agua, emulsionarlo para formar una espuma. Dejar actuar el producto durante unos minutos antes de aclararlo, también es importante. De media, un champú normal tarda unos 2 minutos en arrastrar por completo la suciedad. El aclarado, por el contrario, debe ser del doble de tiempo (unos 4 minutos), para que el producto no deje restos. Racanearle tiempo al aclarado puede tener consecuencias nefastas para el brillo del cabello y su aspecto.

Ojo al calor

Lo ideal sería que el cabello pudiera secarse al aire, pero de no ser así, es importante no frotarlo con la toalla, sino quitarle el exceso de humedad mediante toques. Después, si utilizas secador, recuerda no pegarlo demasiado al pelo y repartir bien el calor. Utiliza un protector térmico que proteja bien las puntas y la fibra capilar.